Con lo guapo no se come.

Tengo una amiga que siempre repite lo mismo: “Con lo guapo no se come”, cuando se trata de valorar la apariencia de una persona. La verdad que sobre el papel es una reflexión saludable, pero es innegable que la primera toma de contacto con una persona (vale para una prenda, zapatos, piso de alquiler o a comprar, lo que sea) es visual, y de ahí que lo que nuestros ojos ven, nos inspira una primera impresión.

Pedro Sánchez debió pensar lo mismo a la hora de idear su gobierno. La primera impresión tiene que ser buena, que impacte. Intentó lo mismo que cuando te preparas para la primera vez que quedas con alguien a quien quieres impresionar o cuando vas a una entrevista de trabajo. Buscas que tu primera impresión, y la que se fije al principio, sea la buena, sea lo guapo. Y he de decir, que durante buena parte de la mañana lo ha conseguido.

Los ministros de Sánchez adelantados ayer martes pintaban fatal, salvo la excepción de Nadia Calviño que, como alta funcionaria, su trabajo en la UE ha sido intachable. Además, viene con buenas referencias de gente (Daniel Lacalle nada sospechoso de simpatías socialistas, por ejemplo) cuyo criterio respeto, y como no la conozco, su impresión en principio la hago mía. Pero el resto, para olvidar.

El martes nos presentaron como ministros a la Consejera de Hacienda de Andalucía que, si por algo destaca, es por haber sobrevivido a todos los gobiernos de los ERES, y estar esquilmando a los andaluces a impuestos. Es una ferviente admiradora de aprovecharse del sudor ajeno para repartirlo en subvenciones y prebendas. Bajo su cargo, Andalucía es desde el punto económico una rémora, y en el gobierno de España mucho me temo que pretenda acabar con la competencia fiscal y extender el infierno fiscal andaluz a regiones como Madrid que crecen y crean empleo. Algo que ha ella le sonara Ciencia Ficción.

Meritxell Batet es el peaje a pagar por ser presidente con 85 diputados y que te vote ERC. Ministra de Administraciones públicas que en su día defendió a Otegui y que pretende calmar los ánimos nacionalistas. Lo mismo la de educación, que a ver que pasa con el derecho a educar en Castellano con una Ministra Vasca.

Y la Ministra de Energía, enemiga acérrima de la minería y por lo tanto de Asturias., que va de verde y ecológica pero que se la colaron con el almacen del Castor. Esta señora puede añadir a su currículo ser una de las causantes de terremotos en la Costa mediterránea y que encima paguemos por ello a Florentino Pérez. Esta señora defendió que el proyecto fuera sin estudio medioambiental. Tócate las narices con la ministra de “transición ecológica”.

El resto de la jornada de ayer, militantes socialistas, cargos ideológicos y nuestra Lastra que se quedó sin ministerio. Vaya por Dios, con lo bien formada y preparada que está ella.

Pero lo guapo llegó el miércoles. Hoy se ha destapado el frasco de las esencias con Pedro Duque, gran elección e incuestionable. Me encanta como persona y como profesional, lástima, y como único pero que le encuentro, que lo definan como defensor de la enseñanza pública (mientras cobra de las universidades privada americanas) porque eso de mano, puede suponer que el modelo de éxito americano igual lo tenemos que seguir viendo en las películas, y que el sectarismo hacia la libre elección de los padres siga siendo santo seña del PSOE.

Una fiscal como ministra de justicia, perfecto, lástima que sea intima de Garzón y asidua a cacerías que lleva a ministros socialistas a dimitir. Sobre el ex juez, ya sabemos que menos imparcial y ecuánime fue muchas cosas, solo espero que esta señora no tenga los mismos vicios. Y siguiendo con el mundo judicial, Grande Marlaska me parece otra buena elección si le dejan trabajar. Es un gran jurista, y una persona de tacha inmaculada.

Por terminar, ya que no quiero extenderme y Pedro ha tirado la casa por la ventana (es mucha gente a colocar) y pasado de 13 ministerios a 17, he reservado lo guapo, pero guapo de verdad, para el final. Maxim Huerta, Ministro de Cultura y Deportes.

Está bien que se busque gente ajena a la política, pero ¿Qué méritos tiene este señor para dirigir la cultura y el deporte de este país?

Es escritor, y dicen que bueno aunque no he tenido oportunidad de leer nada de él. Fue periodista de Mediaset, como el Secretario de Estado de Comunicación, y tocó temas de corazón con Ana Rosa e informativos, pero ya está, hasta ahí su currículo y no veo nada como ministrable. Hoy otro amigo decía que faltaba Bardem en cultura, pues este nombramiento bien se le parece.

¿Qué capacidad de gestión tiene? En varios tuits se mofa del deporte ¿Con qué cara es ministro del ramo?  Parece elegido porque vende, porque suena y tiene gancho, más que por su capacidad de dirigir dos áreas importantes para este país. Parece que el que te reconozcan las marujas y les caigas bien puede sumar votos, y eso vale. Lo de hacer las cosas bien, mal o regular, para los sosos que quieren dirigir un país y no simplemente no ser Pedro Sánchez “el Breve”.

Y no quiero acabar sin recordar a Margarita Robles y Borrell. Dos supervivientes del felipismo que hibernaron durante el zapaterismo (uno en Bruselas después de que le hicieran la cama) y que ahora vuelven, en una segunda juventud, como Ministro de Exteriores el primero, y de defensa (en algún lado había que meterla y pagarle los servicios prestados) la segunda.

En fin, a estas horas solo puedo valorar que el gabinete es guapo, moderno y con punch. Es un Gobierno de maniquí que, pasada la sorpresa inicial por los nombramientos, a partir de mañana ya, se les va a empezar juzgar por sus actos y se les exigirá resultados. Y ahí, esto va dirigido a Maxim, ser gracioso no hace más que empeorar las crisis. Cuando eres ministro, la gente que de ti depende no está para bromas. Como dice mi amiga: “Con lo guapo no se come” y un país son muchas bocas a alimentar.

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